Para ello propone acciones como cooperar en las políticas ambientales, optimizar gastos en consumo energético e impulsar la gestión integral sostenible.

En concreto, responde al compromiso de reducir las emisiones de CO2 producidas en el año de referencia, en al menos un 40% antes del 2030.

Teniendo esto en cuenta el documento se estructura en cuatro bloques básicos:

• Inventario de emisiones de referencia (IER): Incluye un recuento de las emisiones de CO2 derivadas de los consumos energéticos de unos sectores clave, estableciendo así las bases para realizar un Diagnóstico energético local y un Plan de acción con medidas donde el Ayuntamiento tiene competencias.
• Evaluación de vulnerabilidad y riesgos del cambio climático: Se procede a describir la evolución de variables climáticas que podrían afectar al Ayuntamiento, para luego analizar los posibles riesgos derivados de dichos cambios, identificando las vulnerabilidades y oportunidades de adaptación.
• Diagnóstico energético: A partir de la información mencionada anteriormente, se lleva a cabo un análisis de los datos y un diagnóstico de la situación energética a escala local, teniendo en cuenta las medidas llevadas a cabo antes del año de referencia para la reducción de emisiones de GEI.
• Plan de Acción: Se definen y planifican las diferentes medidas propuestas para conseguir el objetivo de reducción de emisión de CO2. Se incluye además un Plan de seguimiento basado en indicadores con el objetivo de asegurar la correcta vigilancia, implantación y efectividad de las medidas propuestas.